Como toda máquina de oficina, la destructora de papel puede ser eficaz, segura y fiable, o lenta y débil. Como toda máquina en general la destructura de oficina puede ser buena, o mala. La trituradora de papel más sencilla puede comprarse por poco más de treinta euros mientras que las industriales superan los dos mil. ¿En qué se diferencian estas máquinas?

Cuerpo y material de la trituradora de papel
De juguete. Son de juguete las cuchillas de la máquina de triturar papel de treinta euros. La potencia de su motor eléctrico, la justa para hacerlas girar. Apenas es capaz de procesar cuatro o cinco hojas a la vez esta destructura no pesa más de tres o cuatro kilos. Se ensamblan tales componentes en una carcasa de plástico —como también de plástico es su papelera—. Con todo, este producto tiene una ventaja importante: su precio.
En el extremo opuesto, una destructora de documentos industrial tritura sin dificultad fajos de veinte folios gracias a su motor y el afilado cabezal de corte. La estructura bien diseñada soporta el esfuerzo del motor y minimiza el nivel de ruido y vibraciones. Una máquina que pesa cincuenta kilos no tiene alma de plástico, su carca es metálica, de acero pintado. Sobre ella se atornillan los componentes citados, ocultos por tapas embellecedoras.
Así pues, he aquí la primera de las diferencias. ¿Con qué materiales se ha fabricado la trituradora? Cuanto mayor sea el precio de la máquina, mejor la calidad de las materias primas usadas; mayor la vida útil de la máquina; menor el número de averías.
Las cuchillas…
Sabemos que la destructora barata no puede triturar muchas hojas a la vez. El acero con que está hecho su cabezal de corte es ordinario. El órgano que lo alimenta, el motor, es pequeño; también pequeñas son las cuchillas. De resultas, la destructura pronto con poco se calienta.
Caminemos hasta el extremo opuesto, la destructora industrial. De acero endurecido de superior calidad es su cabezal de corte. Aditivos como el boro, el molibdeno, el cromo o el vanadio lo hacen más resistente al desgaste. Estas cuchillas no solo cortan mejor, también permanecen afiladas por más tiempo. Además, estos equipos incluyen tecnología antiatascos.
En tiras alargadas cortan el papel las cuchillas de una destructura barata. Recomponerlo puede ser difícil, pero no imposible. Por el contrario, las cuchillas de la destructura potente pulveriza el papel en micropartículas. Recuperar la información es simple y llanamente imposible. Además, estas destructoras de documentos pueden triturar grapas y clips, y a veces tarjetas de crédito o CD.
El motor eléctrico
¿Es el motor la pieza más importante de una destructora. De su calidad depende, desde luego, el correcto funcionamiento de la máquina. De poco sirve, en efecto, tener una estructura robusta y una cuchilla cortante si no hay detrás un motor que proporcione la energía necesaria para cortar.
Los motores eléctricos baratos giran rápido, pero no tienen fuerza. Es decir, tienen un par motor bajo. Es más barato fabricar un motor rápido que uno potente. Sin embargo, la destructora exige el segundo. El motor eléctrico debe poder vencer una gran resistencia a bajas revoluciones. Y este punto clave es otra diferencia crucial entre las destructuras, y las destructoras.
En consecuencia, algunas máquinas están dotadas con mecanismos de seguridad para evitar el sobrecalentamiento del motor. Hablamos de sensores de temperatura o temporizadores que apagan la máquina cuando es oportuno para evitar daños en el motor. Incluso hay sensores que nos pueden avisar de haber introducido más hojas de la cuenta.
Por último, las mejores destructoras de documentos son capaces de funcionar de manera continua, sin pausas para enfriar las cuchillas.
El tamaño de la papelera
Baila el tamaño de la papelera al son del resto de prestaciones. Una destructora barata que, como es lógico, no tritura mucho papel, monta una papelera pequeña. Habremos de vaciar este depósito con la frecuencia requerida.
Sin embargo, la trituradora industrial bien puede pasarse un par de semanas triturando papel antes de que obligarnos a abrir el depósito y cambiar la bolsa.
Conclusión
Hay destructoras, y destructoras. Elegir el modelo correcto de destructora pasa por hacer una pequeña investigación. Para ello conviene tener claros algunos puntos: el primero, cuántos folios se van a triturar diariamente; el segundo, qué nivel de confidencialidad se necesita, es decir, el tamaño de partícula; el tercero, la capacidad de la papelera; y el cuarto, el número de usuarios: ¿son un problema las pausa de enfriamiento?